Economía









Desde la Edad Media la agricultura ha sido la principal actividad económica desarrollada por la población de Rágol, cuya finalidad era el autoabastecimiento, la especialización de productos para la exportación y el máximo aprovechamiento del agua. Los musulmanes, buenos agricultores y maestros en la utilización del agua, crearon una serie de acondicionamientos hidráulicos desde el río para los cultivos de regadío, que aún hoy en día están vigentes.
Estas tierras, en los márgenes del río, se dedicaban a frutales, hortalizas, alheña, moreras, vides, etc. También cultivaban amplios secanos para la produción aleatoria de cereales y leguminosas. Los productos especializados para la exportación fueron la seda, el aceite y la uva de pasificación.
A partir del siglo XV, con los nuevos repobladores, la actividad agrícola será tan intensa que el paisaje agrícola se transforma en buena medida, se mantienen los cultivos de regadío y los cultivos para textiles, pero se van a intensificar los cultivos de secano, como los cereales y leguminosas, abarcando una mayor superficie, en detrimento de los cultivos tradicionales musulmanes.


"Calle zona alta"


"Casas Típicas"

Será durante el siglo XIX cuando cambie de forma radical la agricultura tradicional, desaparecen los cultivos de exportación, apareciendo un nuevo cultivo que ocupará mayor superficie de regadío, la uva de Ohanes, que va a caracterizar a la comarca por su especialización.
Con la caída de precios y el cierre de los mercados internacionales en las primeras décadas del siglo XX, decae el cultivo de la uva. En la década de los sesenta aparece un nuevo cultivo alternativo: los cítricos. En los últimos años, debido a las dificultades de comercialización y a los bajos precios de la uva, se está llevando a cabo una política de arranque controlado del parral, proponiendo otros sustitutos como el olivo y la uva de tipo «apirena», más solicitada en el mercado. Rágol se encuentra entre los principales productores de uva, y en menor cantidad los cítricos.
La horticultura y frutales tienen poca representación, aunque sus peras son famosas, ya ponderadas por el poeta almeriense Villaespesa en su obra «Aben Umeya».